10/03/2017
Hablamos con Mikel Gorostizaga de emprendimiento social
¿Qué entiende Agintzari SCIS por emprendimiento social?
Entendemos el emprendimiento social como una dinámica empresarial, que hace uso de herramientas empresariales, con un objeto de creación de valor social, que se impulsa de cara a la transformación social y que para ello utiliza soluciones innovadoras. Podemos decir que se impulsa, y se debe medir su rendimiento, desde una triple perspectiva: económica, social y ambiental. No es nada nuevo, y bebe de la experiencia tejida por iniciativas que en nuestro entorno ya conforman Redes, integran pasiones y sobre todo persiguen una misión social.
¿Qué nos puedes decir del recorrido histórico del emprendimiento social en Euskal Herria?
El emprendimiento social existe desde siempre. Las múltiples realidades de emprendimiento social se pusieron en marcha sin ser conscientes, al menos no en su debida dimensión, de lo que suponían, ni cada iniciativa individualmente, ni en su conjunto; sencillamente se iba respondiendo a necesidades concretas. En Euskal Herria, es prácticamente en este siglo cuando el fenómeno comienza a reconocerse, se acuña el término, se le da valor, se hace política de él, coadyuva al rearme ideológico de las organizaciones y movimientos populares y, además, comienza a tener una aportación significativa al PIB.
¿En qué se diferencia el emprendimiento social del emprendiendo ligado a propuestas de emprendimiento más clásicas?
Se trata de buscar y ofrecer empleo estable en clave de inserción social, innovación, sostenibilidad y economía social. Estos son los tarjets que identifican el emprendimiento social y que además, generan nuevos entornos organizacionales y modelos empresariales. La obtención de beneficios económicos no es una prioridad, pero los proyectos han de ser rentables, también económicamente, y en este aspecto conviene ser claros, la herramientas de gestión que nos ofrecen otras experiencias empresariales son también herramientas útiles para las empresas sociales, que insisto, lo que en definitiva buscan es la transformación social mediante su acción.
¿Cuál es ahora el reto de las empresas que apostáis por la economía social?
En Agintzari, identificamos dos retos:
El primero, intentar junto con otras organizaciones y redes que nuestras claves organizacionales y de impacto social se constituyan en paradigma, o al menos, que promuevan un cambio de paradigma, que reivindiquen que otras formas de hacer economía son posibles.
El segundo, la obligación de que las organizaciones ya maduras ofrezcamos a las personas con iniciativa e interés, la oportunidad de conocer con rigor los modelos que, a nivel jurídico, de gestión y de financiación, puedan ayudar a materializar proyectos innovadores que impacten de lleno en cambios sociales significativos.
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